Cristo
es la cabeza de este hogar. Él es la única Presencia y el único poder de
aquí. Él vive eternamente en el corazón de cada miembro de esta familia,
y bendice a todo el que entra por sus puertas.
La
Presencia del Cristo, que ora en este hogar y en el corazón de cada uno de los
que viven aquí, protege contra enfermedades, accidentes, desarmonía o
escasez. Su Presencia, que llena este hogar, es la verdadera presencia de
vida, gozo, seguridad, amor y prosperidad. Este hogar es un albergue de paz y
felicidad.
Ningún
pensamiento o palabra negativa puede turbar el ambiente de este hogar. Ninguna
actuación errónea puede efectuarse. Sólo al gozo, la bondad, la
cooperación y el servicio reinan aquí. Ésta es la morada del bien.
Cada
día este hogar es santificado por la viva Presencia del Cristo. Cada día
Lo alabo a Él por su amorosa, protectora y auxiliadora Presencia.”
AMEN
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